jueves, 11 de marzo de 2010

Dulce espera


Y ella lo necesita, cual mar a su sal.

Ella lo ama, cual nene a su juguete nuevo.

El sueña con ella, ella lo guarda en sus sueños desde el principio del cuento.

El destroza su corazón en setenta y cuatro pedazos, cada vez que suelta sus palabras y ella lo reconstruye sin saber porqué.

El besa sus labios, resecándolos con dulce veneno, ella sin saberlo está muriendo suavemente.

Ella entrega su cuerpo, el comienza su juego siniestro.

El no encuentra su corazón, ella le regala el suyo lleno de dolor.

El se ha ido, ella lo sigue esperando hasta que los mundos dejen de respirar.