Ya te lo tengo advertido, lo tengo bien decidido
yo te voy a enamorar, comingo tu vas a estar
Se acercan y ya no pueden volver atrás.
Se miran y esa sensación tan extraña recorre completamente sus cuerpos.
Se vuelve inevitable el futuro que ambos predicen.
El tiempo se detiene y en la oscuridad de la noche sienten que sus labios no pueden separarse.
Casi sin darse cuenta, la magia de la luna los toma de rehenes y hace que sus cuerpos se llamen hasta que salga el sol, y así, olvidar lo que sucedió.
Dulce espera
Y ella lo necesita, cual mar a su sal.
Ella lo ama, cual nene a su juguete nuevo.
El sueña con ella, ella lo guarda en sus sueños desde el principio del cuento.
El destroza su corazón en setenta y cuatro pedazos, cada vez que suelta sus palabras y ella lo reconstruye sin saber porqué.
El besa sus labios, resecándolos con dulce veneno, ella sin saberlo está muriendo suavemente.
Ella entrega su cuerpo, el comienza su juego siniestro.
El no encuentra su corazón, ella le regala el suyo lleno de dolor.
El se ha ido, ella lo sigue esperando hasta que los mundos dejen de respirar.